Siempre tengo que estar pendiente de como se siente la
gente, de decir las cosas con tacto y sutileza, de no hacer bromas en el
momento inoportuno, de morderme la lengua para no hacer daño con mis palabras,
de preocuparme y estar ahí, sin condiciones, sin que nadie me lo pida. Alejarme
cuando lo necesitan, acercarme sin reproches. Contener mis pensamientos, mis
sentimientos y mostrarme fuerte para dar fuerza cuando ésta flaquea. Puede que
a veces me equivoque, es más.. estoy segura de que me equivoco, como es
normal.
No me pesa nada de ésto, sólo espero que tú...también hagas
algo de ésto por mi.
Tus bromas cada vez me cuestan más. Y como siempre...
me lo callo, porque si lo digo soy una egoísta, pero no te olvides de una
cosa, cada uno tiene un límite, y el mio ya está sobrepasado.
Aún y así, la solución es muy fácil, solo tienes que dar un
paso hacia mí.
¿Lo peor de todo? Que sé que no lo harás, te crees mejor que
nadie y eres demasiado orgullosa para dar tu brazo a torcer.
Está claro, esta vez yo no lo voy a hacer...ya me cansé.
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